Respuesta tunera en escuelas dañadas por huracanes
Por Pastor Batista Valdés
Foto: Yaciel Peña De la Peña
La rapidez con que reanudaron sus actividades docentes los tres centros de enseñanza ubicados en la costera localidad de Guayabal, acaparó el interés de Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra cubana de Educación, al recorrer instalaciones del sector dañadas por los huracanes Ike y Paloma.
Víctimas directas de la penetración del mar y de las fuertes rachas de viento asociadas a ese último meteoro, la escuela primaria Pedro Plaza, el centro de enseñanza especial Mártires de Pino 3 y la secundaria básica Luis Nelio Bacallao, pudieron abrirles sus puertas otra vez, en pocas horas, a los niños y adolescentes que allí estudian, gracias a la integrada participación de diversos organismos, la población, vecinos y padres: protagonistas también de la previsión con que se pudo evacuar la base material de estudio, antes de que Paloma arreciara contra la comunidad.
En opinión de la titular cubana ese grado de cooperación expresa la acertada manera en que ha venido trabajando Las Tunas, para reparar en el menor tiempo posible, con calidad y buen gusto las instalaciones perjudicadas por los organismos tropicales.
Sobre la base de una voluntad similar, válida para todo el Archipiélago, ya han sido reparadas más del 50% de las 4 300 escuelas dañadas en toda Cuba por los tres últimos huracanes, mientras alrededor de 1 000 viviendas familiares y locales pertenecientes a organismos acogen todavía a niños y jóvenes, hasta que sean creadas las condiciones en las aulas correspondientes.
A pesar de esos inconvenientes, el curso escolar avanza y debe conducir a resultados tan favorables como los del año anterior, según valoraciones de Ena Elsa Velázquez.
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